Una llave simple para devocion admirable de los 7 dolores de maria santisima Unveiled

Una llave simple para devocion admirable de los 7 dolores de maria santisima Unveiled

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¡Oh Reina de los mártires! Tierno y compasivo os contemplo sumergida toda en un mar de quebranto, al sostener en vuestros brazos el sacrosanto cuerpo de vuestro santísimo hijo Jesús, muerto y sacrificado por los hombres todos, sin exceptuar a sus desapiadados verdugos e implacables enemigos, a impulsos de su aprecio finísimo y de su fogoso y acendrada caridad.

Para rezar este Rosario, es necesario contar con un rosario tradicional y seguir los siguientes pasos:

Naturalmente que quien pueda dar más de lo obligatorio, haría muy perfectamente en hacerlo (de acuerdo a sus reales posibilidades). Pero esto no significa que se le prohíba un riqueza o un capricho genuino ni que tenga que acertar a la Iglesia todo lo que no le sea estrictamente necesario.

¡Oh Origen, tan afligida! No obstante que en la persona del apóstol San Juan nos acogiste como a tus hijos al pie de la cruz y ello a costa de dolores tan acerbos, intercede por nosotros y alcánzanos las gracias que te pedimos en esta oración.

Considera los suspiros que provienen del triste corazón de María al ver a su amado Jesús que lo colocaban dentro de la tumba. Qué pena tremenda sufrió ella cuando vio que se levantaba la piedra que cubriría esa tumba sagrada.

Doncella María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el utensilio de su propio suplicio de muerte; Él, que Bancal creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan excelso de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, posteriormente de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún decano sería el dolor espiritual por ser una escarnio y una humillación tan sobresaliente; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor .

Estos representan los siete momentos culminantes de los dolores de la Inexplorado. Y se han representado esos siete dolores, con siete espadas que traspasan el corazón de Nuestra Raíz.

Noticiosa la soberana Doncella por el discípulo amado de tan lastimoso espectáculo, vuela en alas de su inclinación, y a impulsos de la congojosa amargura que embarga su maternal corazón, al aproximación de su amado Hijo, cruza las calles de Jerusalén, oye aoraciones a distancia la confusa gritería de un pueblo amotinado, siente el estrépito de las armas y el sonido lúgubre de la lamentable trompeta que denuncia como reo de muerte al soberano Autor de la vida.

Se reza un Padrenuestro y siete Pájaro Marías por cada dolor de la Casto. Al mismo tiempo le pedimos que nos ayude a entender el mal que hemos cometido y nos lleve a un seguro arrepentimiento.

Podemos encontrar diferentes representaciones e imágenes de los Siete Dolores de la Doncella María para ayudarnos a meditar los mismos, pero lo que no cambia es el dolor y sufrimiento que pasó adyacente a su hijo Jesús para limpiarnos del pecado.

Afligida y desconsolada SeñYa, yo la criatura más indigna de estar delante de vuestra soberana presencia, os suplico con todo abatimiento, que por vuestros dolores os dignéis ser mi Conductor, amparo y patrocinio, para que en el examen de este día pueda acertar a serviros y agradaros, a quien me consagro y sacrifico totalmente con todas mis potencias y sentidos; y cuanto pensare, dijere y obrare, sea en retribución de los dolores que con mis culpas os he ocasionado, y me consigáis perdón de ellas y una buena y reconocida muerte. Además.

Para finalizar el Rosario de 3 cuentas, puedes hacer una breve oración personal de agradecimiento o pedir las intenciones que desees. Aún puedes terminar rezando el Salve Regina, la oración final tradicional del Rosario.

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¿Quién de nosotros puede siquiera imaginar la magnitud del dolor que María debe haber estado experimentando en este momento de la vida de su hijo? Ella, unido con Jesús, tuvo que entregarlo todo al plan de Dios.